Mes: enero 2014

Ética Promiscua (I)

(…) Hay una insistencia en nuestra cultura a decir que «si algo lo sabe todo el mundo, obviamente debe ser verdad»

Frases con inicios del tipo «Todo el mundo sabe que…»,»El sentido común nos dice que…» o «es sabido que…».

Cuestionar es el primer paso para crear un nuevo paradigma, tu propio paradigma sobre cómo debes ser. (…)

Scott Pilgrim

No hay nada en vano, ni pérdida de tiempo y todo tiene un componente importante que va a, si no cambiar, moldear la vida que vivimos. Así me ha sucedido con la serie de cómics canadienses «Scott Pilgrim», malamente americaneada en forma de película (falta «toda la chicha»), y cuyo argumento no deja de sacarme un «agh», ete ahí:

Scott es un joven preocupado únicamente por su vida amorosa, un ni-ni en toda regla, que toca en un grupo musical se supone muy malo. Conoce a una chica, se enamora de ella PORQUE la ve en sus sueños, y empiezan a salir juntos. Para poder estar juntos, tiene que luchar contra sus 7 ex-parejas (sí, hay una chica) malvadas.

«Agh»

¿Luchar contra 7 exparejas? Ella es un trofeo que se disputan en un torneo, y a nadie le escandaliza (y quizá sea ironía, quien sabe) También es cierto que a pesar de que este sea el argumento, no es lo que interesa realmente, si no los personajes y su desarrollo (como los zombies en walking dead, vaya) Son personajes poco comunes, reflejo de otra realidad  no tan fictia, que te caen mal o bien pero son personas no-perfectas que te caen mal. O te caen mal y bien a ratos. Son por eso los personajes muy fuertes,  creibles. Y por eso es creíble el cambio de Scott y lo que le sucede, cómo gana amor propio  y la lección más chichosa a mi parecer, que es que para hacer las cosas bien hay que tener los errores del pasado presentes y no olvidarse de ellos. («Zas», me ha calado. Soy, en cierta manera, una Scott, que huye para no sentirse mal, en vez de aceptar y aprender. Lección extraída, veís?)

Por último, es la primera vez que veo en ficción homosexualidad normalizada, con la presencia que tiene en la vida real, al menos en la vida real que yo conozco (Ya sabeís, aquello de que en las series haya -si lo hay- un amigo gay estereotípico) así como la muestra de las inseguridades de los personajes, todos inseguros, idiotizados y asustados de sí mismos y de los demás (pero sobre todo de sí mismos)

Una bola, un bolo, de comida con saliva  y mordiscos que se agita y se tritura treinta veces o más para pasar por un angustioso túnel húmedo, lleno de oquedades y salientes apretados que aprientan a su vez la malforme mezcla de fluidos y restos muertos. Restos amontonados en un punto, enterrados en el agujero, avanzando incesantemente por la presión que no cesa hacia el mismo punto. Restos en descomposición con más jugos, más bilis, más asco, tranformados al final en mierda, transformada al final en bolo de otro organismo que transforma en mierda que transforma en bolo, y así sucesivamente.

Teoría del caos

Es una escena preciosa de Benjamin Button (que es una película preciosa) sobre la Teoría del Caos o cómo todos los hechos dependen de una conjugación de hechos anteriores, la fragilidad y reversibilidad de este camino pero también lo inevitable que es.

Sobre el amor romántico en esta película:

No estoy muy segura de cómo interpretarlo, ¿están de alguna forma predestinados, y por eso coinciden en el momento adecuado de sus vidas o son dueños de las decisiones que toman, y como la teoría del caos, acaban llegando a ese punto por la línea de decisiones? Se quieren desde siempre? toy desarrollando un test de amor romántico, ya veremos si lo pasa.

La Cosificación Sexual: Representación de la Mujer en los Medios

Orbita Diversa

El concepto de la cosificación u objetivación de las mujeres surgió con el feminismo de segunda ola, por lo que lleva rondándonos desde los años 70. Sin embargo, pese a lo relativamente reciente del término, la cosificación de la mujer no es un fenómeno nuevo. Durante la Ilustración Francesa en los siglos XVII y XVIII se genero un intenso debate sobre la función de los pechos femeninos. En la obra de teatro de Alexandre Guillaume Mouslier de Moissy de 1771 “La Verdadera Madre”, el personaje principal femenino reprocha a su marido tratarla como un simple objeto de gratificación sexual: “¿Son tus sentidos tan burdos como para considerar estos pechos –respetables tesoros de la naturaleza – como simples adornos, destinados a ornamentar el pecho de las mujeres?»

Sin embargo, parece que es hoy en día cuando la cosificación de la mujer se ha vuelto más relevante, en una sociedad devorada por…

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«El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha»

Hoy he aprendido que «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha» es uno de los libros más traducidos del mundo, teniendo incluso traducción en spanglish.

Copio una parte, para vuestro deleite:
In un placete de la Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase. A cazuela with más beef than mutón, carne choppeada para la dinner, un omelet pa’ los sábados, lentil pa’ los viernes, y algún pigeon como delicacy especial pa’ los domingos, consumían tres cuarers de su income.

Estoy enamorada

de una película, «La linterna roja». Y por amor entiendo fascinación y también un poco de obsesión.

Ayudó el ambiente de la filmoteca, con su sonido a silencio de un público completamente entregado al sentido y la estética de la película. Lamento no saber más de cine de lo que se, lo disfrutaría más (si cabe).

Como sinopsis, una joven en China en los años 20 es casada con un hombre mayor y rico,  retirada de su vida y aislada en una casa del palacete, la cuarta casa pues es la cuarta esposa.

A partir de ahora no es sinopsis, si no análisis.

El palacete es un territorio hostil, la competencia entre las mujeres  extremada. Compiten por los privilegios que el marido puede darles, en esa microvida, y esos privilegios se transforman en objetivos. Y así llega la protagonista, asimilando esos objetivos que yo no dejaba de ver ridículos como único fin de la vida y en parte pienso que ella también los ve al principio así, cuando se burla de las tradiciones.

Cómo vivir si no, me decía Marta después, cualquier otra cosa que desees está fuera de tu alcance, porque estás en una cárcel. Perder los objetivos implica no vivir, que es lo que le sucede a ella a mitad de película.  Ella se siente celosa de las atenciones hacia las otras damas. Celosa de un hombre que no la quiere y que acaba de conocer (así que presumiblemente, ella tampoco le quiere a él).

Por supuesto hay más que objetivos en esta vida, relaciones, entre otras cosas. Me costó captar su soledad total, tanto dentro como fuera.

El marido es un tema leve. Mujeres objeto, que cumplan con sus necesidades. Cuando una no funciona, se cambia. Y ese fomento de la competencia entre ellas, mediante la humillación de las demás con las tradiciones (cómo todas tienen que ver a cúal elige, saliendo a la puerta a recibir la linterna roja, comiendo la comida que esa decida, etc.)

Pensaba todo el rato también en la previsibilidad de la película, y en lo poco que me lo parecía, y en cuanto eso puede tener que ver con la cultura China, de la que apenas se nada.  El final mismo, aunque fácil y cómodo, no fue predecible para mí.

Alondras

Hoy vamos a hablar sobre alondras. Pero sobre alondras habituales, de esas de color amarronado que se apoyan sobre el árbol de enfrente de la escuela y que pián hasta dejarse los órganos sonoros, porque con algo harán esos sonidos, algún tipo de membrana que vibre o algo por el estilo, digo yo.
El caso es que las alondras dedican su tiempo fundamentalmente al vuelo. Algo le verán al vuelo porque se pasan horas y horas planeando, dando vueltas, sin hacer nada más, tan solo dejándose llevar por la brisa y por los vientos alisios, y los aires bruscos y las ventiscas y las tormentas.
Claro, en algún momento tienen que comer y bajan al suelo para alimentarse… ¡Hay algunos que dan una risa! Son unos barrigones! Se pasan el día picoteando de allí, picoteando de allá… cualquiera diría que se trata de un mochuelo y no de una alondra! En fin, el bajar a comer no es precisamente plato de buen gusto (es gracioso porque es una frase que habla de comida) hay veces que se chocan contra las paredes y cualquier cosa un poco saliente. De hecho, una de las alondras a la que yo llamo Eusebia (hay quien dice que ese nombre solo es de viejas de pueblo, a lo que yo añado que también es nombre de alondra) bajó un día a mi terraza (acostumbro a poner un platito para que se alimenten, no sea que en la ciudad no encuentre nada. Son tan preciosas…) y me miraba con unos ojos… una mirada intensa (de estas miradas telepáticas casi, que entiendes lo que te están diciendo sin que te lo digan) Yo sabía con esa mirada que me estaba reprochando lo del muro (me decía algo así como: por tu culpa rrrrrri me he hecho daño en la pata rrrriiii y mis hijos se harán daño, es un peligro para todas las alondras riiii….) Así que yo cogí el martillo (el de mi madre no, que está sin puntas, el otro) y tiré el muro.
No veáis la que se lió, los vecinos gritando, llamaron a la policía y todo ¡! Por lo visto se cayó un ladrillo desde un 5º piso… pero,¿ Quién va a pasar por la calle a las 6 de la madrugada? Bueno el caso es que dejé las miguitas del desayuno en el gran hueco del plato de la terraza, y¡Cuántas vinieron y siguen viniendo! Me ha dicho Eusebia (con su mirada, aún no me quiere cantar) que van a anidar aquí.Y son taaan preciosas y están tan bien adaptadas a su ambiente… Creo que probablemente eso es lo más interesante de las alondras. Eso y que cuentan unos chistes la mar de graciosos (y la mar de negros, todo sea dicho)